martes, 29 de abril de 2008

Lecturas9-10

LECTURA Nº 9: VUELO NOCTURNO
Tomado con fines instruccionales de:
De Saint-Exupéry, A. (2000). Vuelo Nocturno. (pp.7-9). Argentina: Plaza & Janes Editores, S. A.


Las colinas, bajo el avión, cavaban ya su surco de sombra en el oro del atardecer. Las llanuras tornábanse luminosas, pero de una luz inagota­ble: en este país no cesaban de exhalar su oro, como, terminado el invierno, no cesaban de en­tregar su nieve.
Y el piloto Fabien que, del extremo Sur, con­ducía a Buenos Aires el correo de Patagonia, co­nocía la proximidad de la noche por las mismas señales que las aguas de un puerto: por ese sosie­go, por esas ligeras arrugas que dibujaban apenas los tranquilos celajes. Penetraba en una rada, in­mensa y feliz.
También hubiera podido creer que, en aquella quietud, se paseaba lentamente casi cual un pas­tor. Los pastores de Patagonia andan, sin apre­surarse, de uno a otro rebaño; él andaba de una a otra ciudad, era el pastor de los villorrios. Cada dos horas, encontraba algunos de ellos que se acercaban a beber en el ribazo de un río o que pacían en la llanura.
A veces, después de cien kilómetros de estepas más deshabitadas que el mar, cruzaba por enci­ma de una granja perdida, que parecía arrastrar, hacia atrás, en una marejada de praderas, su car­gamento de vidas humanas: con las alas, saluda­ba entonces aquel navío.
“San Julián a la vista: aterrizaremos dentro de diez minutos”.
El «radio» comunicaba la noticia a todas las estaciones de la línea. Semejantes escalas se sucedían, cual eslabones de una cadena, a lo largo de dos mil quinientos kilómetros, desde el estrecho de Magallanes has­ta Buenos Aires; pero la de ahora se abría sobre las fronteras de la noche como, en África, la última aldea sometida se abre sobre el mis­terio.
El “radio” pasó un papel al piloto:
“Hay tantas tormentas que las descargas col­man mis auriculares. ¿Haréis noche en San Ju­lián?”.
Fabien sonrió: el cielo estaba terso cual un acuario, y todas las escalas, ante ellos, les anunciaban: “Cielo puro, viento nulo”. Respon­dió:
“Continuaremos”
Pero el “radio” pensaba que las tormentas se habían aposentado en algún lugar, como los gusanos se instalan en un fruto: y así, la noche sería hermosa, pero, no obstante, estaría estropeada. Le repugnaba entrar en aquella oscuridad próxi­ma a pudrirse.
Al descender sobre San Julián, con el motor en retardo, Fabien se sintió cansado. Todo lo que alegra la vida de los hombres corría, agrandándo­se, hacia él: las casas, los cafetuchos, los árboles de la avenida. Él parecía un conquistador que, en el crepúsculo de sus empresas, se inclina sobre las tierras del imperio y descubre la humilde felicidad de los hombres. Fabien experimentaba la necesi­dad de deponer las armas, de sentir la torpeza y el cansancio que le embargaban –y también se es rico de las propias miserias– y de vivir aquí cual hombre simple, que contempla a través de la ventana una visión ya inmutable. Hubiera acep­tado esa aldea minúscula: después de escoger, se conforma uno con el azar de la propia existencia e incluso puede amarla. Os limita como el amor. Fabien hubiera deseado vivir aquí largo tiempo, recoger aquí su porción de eternidad, pues las pe­queñas ciudades, donde vivía una hora, y los jar­dines rodeados de viejos muros, sobre los cuales volaba, le parecían, fuera de él, eternos en dura­ción. La aldea subía hacia la tripulación, abrién­dose. Y Fabien pensaba en las amistades, en las jovencitas, en la intimidad de los blancos mante­les, en todo lo que, lentamente, se familiariza con la eternidad. La aldea se deslizaba ya rozando las alas, desplegando el misterio de sus jardines cercados, a los que sus muros ya no protegían. Pero Fabien, después de aterrizar, supo que sólo había visto el lento movimiento de algunos hombres en­tre las piedras. Aquella aldea, con su sola inmo­vilidad, guardaba el secreto de sus pasiones; aquella aldea, denegaba su suavidad: para con­quistarla hubiera sido preciso renunciar a la acción.
Transcurridos los diez minutos de escala, Fa­bien reemprendió el vuelo.
Volvióse hacia San Julián, que ya no era más que un puñado de luces, y luego de estrellas. Más tarde se disipó la polvareda que, por última vez, le tentó.
“Ya no veo los cuadrantes; voy a encender la luz”.
Tocó los contactos, pero las lámparas rojas de la carlinga derramaron sobre las agujas una luz tan diluida aún en aquella azulada claridad diur­na, que no llegó a colorearlas. Pasó la mano por delante de una bombilla y apenas si se tiñeron sus dedos.







LECTURA Nº 10: EL PRINCIPITO. XXI
Tomado con fines instruccionales de:

El principito. [Documento en línea]. Disponible: http://www.fortunecity.es/poetas/ relatos/166/. (pp. 22-24). [Consulta: 2006, noviembre 21]. Chile: Ediciones electrónicas El Trauko.



Entonces apareció el zorro:
— ¡Buenos días! —dijo el zorro.
— ¡Buenos días! —respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada.
— Estoy aquí, bajo el manzano —dijo la voz.
— ¿Quién eres tú? — preguntó el principito—. ¡Qué bonito eres!
— Soy un zorro — dijo el zorro.
— Ven a jugar conmigo — le propuso el principito—, ¡estoy tan triste!
— No puedo jugar contigo — dijo el zorro— No estoy domesticado.
— ¡Ah, perdón! — dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
— ¿Qué significa domesticar?
— Tú no eres de aquí — dijo el zorro— ¿Qué buscas?
— Busco a los hombres —le respondió el principito—. ¿Qué significa domesticar?
— Los hombres —dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
— No —dijo el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa domesticar? —volvió a preguntar el principito.
— Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa crear vínculos...
— ¿Crear vínculos?
— Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
— Comienzo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
— Es posible —concedió el zorro—, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
— ¡Oh, no es en la Tierra! —exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
— ¿En otro planeta?
— Sí.
— ¿Hay cazadores en ese planeta?
— No.
— ¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
— No.
— Nada es perfecto — suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
— Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
— Por favor... domestícame —le dijo.
— Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
— Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
— ¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.
— Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
— Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
— ¿Qué es un rito? —inquirió el principito.
— Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran un día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
— ¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.
— Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
— Ciertamente —dijo el zorro.
— ¡Y vas a llorar!, —dijo el principito.
— ¡Seguro!
— No ganas nada.
— Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
— Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
— No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
— Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
— Adiós —le dijo.
— Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
— Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.
— Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
— Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.
— Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
— Yo soy responsable de mi rosa... — repitió el principito a fin de recordarlo.


REALIZA LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:
Lee los textos de la Lectura Nº 9 “Vuelo nocturno” y la Lectura Nº 10, “El principito”. Realiza las siguientes actividades:
Analiza la Lectura Nº 9, “Vuelo nocturno”. En este texto predomina la narración y la descripción selecciona las ideas principales del tema de la lectura, realiza un nuevo texto usando el diálogo
Ilustra, por medio de una composición gráfica, la escena que más te haya llamado la atención de la Lectura Nº 9, “Vuelo nocturno”.
Analiza el texto de la Lectura Nº 10, “El principito”. En este texto predomina el diálogo, selecciona algunos fragmentos y reescribe un texto donde predominen narraciones y descripciones.
Construye un nuevo diálogo a partir de los que se proponen en la Lectura Nº 10, “El principito”. Cambia los personajes y modifica el contexto; es decir, inventa personajes y espacios nuevos.

domingo, 20 de abril de 2008

Lecturas 4-7

LECTURA Nº 4: LA INFERENCIA.

UNA ESTRATEGIA DE LECTURA

Adaptado con fines instruccionales de:

Manzano, J. (2004). “La inferencia. Una estrategia de lectura”. Publicación periódica Nº 350. La escuela viva. Revista Letra Inversa. (p. 12). Valencia, Venezuela.

“Entonces dibujé el interior de la serpiente boa para que las personas mayores pudieran entender; ellas siempre necesitan explicaciones…”.

Antoine de Saint-Exupéry. El Principito.

Uno de los recuerdos más hermosos que tengo de cuando era niño se relaciona con mi curiosidad natural para indagar más allá de lo que se veía en las cosas del mundo. Recuerdo que una de mis compañeras de juego y exploradora del universo al igual que yo, tenía una pantalla a la que se le daba cuerda y proyectaba al compás de unas canción, una hermosa historia en imágenes. Sin dudarlo, nos pusimos de acuerdo y abrimos la pantalla para liberar a los hermosos personajes de aquella historia para que compartieran abiertamente con nosotros y para verlos más de cerca. Lamentablemente, el misterio se rompió al igual que el hermoso televisor de mi entrañable amiga.

Desde pequeños, miramos las cosas y tratamos de descubrir qué se esconde más allá de ellas. Descubrir lo que se encuentra detrás del umbral es un asunto complicado del pensamiento que se va desarrollando poco a poco a medida que profundizamos en nuestras experiencias de exploradores.

Mucho más allá de “saber por saber” que se esconde detrás de algún objeto o hecho del mundo, el gusto se encuentra en el reto de dar con la respuesta; en la posibilidad que tiene uno como niño o aprendiz de superar sus propias expectativas y descubrir la solución o hallar la esencia de aquello que nadie te dice o que nadie te quiere decir. El hallazgo es similar al de encontrar un tesoro enterrado.

El mundo nos da indicios y nosotros inferimos, pensamos qué sucederá o deducimos las razones que generaron un determinado efecto; por lo tanto, la inferencia es parte de nuestro pensamiento desde que comenzamos a develar lo que el mundo nos ofrece.

Se infieren intenciones, deseos, curiosidades, senti­mientos ocultos. Se infieren también contenidos y mensajes que subyacen por debajo de la tinta, escondidos en los poros del papel de las historias que leemos.

Un factor importante para promover la inferencia como estrategia de lectura en el aula, desde los primeros años de escolaridad, es la libertad de pensamiento y el respeto por la diversidad de posibilidades que se encuentran en el mundo del estudiante.

Particularmente, pienso que inferir es un derecho. Si se infiere y se llega a una conclusión, la justificación y las razones surgen a flor de piel. Además de impulsar la comprensión de la lectura, la inferencia refuerza las competencias para el desarrollo de discursos argumentativos, componente esencial en el desenvolvimiento y desarrollo del ser en un contexto de altos niveles de competitividad.

Por eso, si deseas promover la inferencia como estrategia de autoaprendizaje, debes tomar en cuenta que inferir implica afrontar una serie de riesgos; entre ellos, el desacierto. Es así que el nivel de confianza que tenga el lector acerca de su capacidad para comprender el mensaje puede resultar una limitante o una fortaleza. Todo depende de la concepción de su mediador y de la capacidad de “darse cuenta” del lector que se forma con la práctica.

Muchas veces, las respuestas de nuestros alumnos pueden parecernos inadecuadas a primera vista; pero si prestamos atención a la lógica del niño, la sabiduría que encierran dentro de sí puede reducir la nuestra a polvo en milésimas de segundo.

Después de haber ensayado con el juguete de mi mejor amiga, pude inferir que si rompía el televisor de mi casa (proyecto que tenía en mente desde hacía tiempo) no obtendría en resultado que esperaba. ¿No es acaso el aprendizaje cuestión de experiencia e integración de nuevas informaciones al mundo interior de cada uno? Si eres estudiante, padre o maestro…. Piensa en eso.

LECTURA Nº 5: ANTICIPACIÓN

Material escrito con fines instruccionales por:

Hurtado, E. (2007). Anticipación. Artículo no publicado, Tinaquillo, estado Cojedes.



La anticipación es una capacidad básica de la comprensión. El éxito de una lectura depende en buena parte de todo lo que hayamos podido prever antes de leerla: de la información previa que poseemos y podemos activar, de la motivación para leer, de las expectativas que nos hemos planteado sobre el texto. (Cassany, D. 1994).

Partiendo de este concepto te invitamos a pensar en lo que haces cotidianamente antes de iniciar la lectura del artículo de una revista, del periódico o un cuento. Es posible que cuando leas el título y aprecies las fotografías puedas descubrir de qué se trata el texto y éstas permitan que te adelantes al contenido del escrito.

¿De qué tratará

el escrito?

¿Significará otra cosa?

¿Qué significará el título?

¿Qué tipo de texto será?

Seguramente lo que pensaste no era lo correcto en relación al contenido, razón por la que después te corresponde comprobar mientras vas leyendo si son ciertas o no.

Por lo tanto, anticipar es: predecir el contenido de lo que vas a leer o de lo que estas leyendo. Puedes realizarlas, a partir de las ilustraciones del texto, después de leer el título del material o después de leer el primer párrafo.

También es conveniente plantearse preguntas como por ejemplo: ¿Qué significa el título?, ¿De qué tratará el escrito?, ¿Significará otra cosa?, ¿Qué tipo de texto será?, etc. Este tipo de preguntas estimulan el pensamiento y la producción de ideas.

Observa el siguiente cuadro en el que se sintetizan las acciones iniciales del lector cuando aborda un texto con intención de comprender su contenido y asumir una posición crítica. Como puedes observar, la anticipación es de mucha utilidad en la fase de formulación de preguntas mediadoras que orientan el proceso de lectura activa.

ACCIONES

DEL LECTOR

¿CÓMO?

¿PARA QUÉ?

Evaluación

inicial


del texto

Consiste en una

evaluación global del

texto:

·Leer los datos de identificación general del texto (Autor, fecha, editorial que lo promueve y otros datos de origen)

·Inspeccionar los auxiliares visuales del texto (dibujos, gráficos, palabras re­salta­das...)

·Realizar una prelectura

(Revisión rápida del tema)

Lectura de títulos o subtítulos.

Determinar el género del

texto por medio de hipótesis.

La visión general, sirve para centrar la atención del lector y para activar los conoci­mientos previos que éste tiene relaciona­dos con el te­ma del texto; así el lector podrá realizar transferencias y generar hipótesis de lectu­ra por medio de la antici­pación.

Preguntas mediadoras

Una evaluación inicial completa conlleva a la formulación de interrogantes.

Las preguntas no deben hacerse para ser contestadas en forma de cuestio­narios. Sencillamente, el lector realiza una lista de preguntas que internamente le servirán de guía para la lectura. El lector no debe limitar su lectura sola­mente a las res­puestas de estas pre­guntas, simple­mente las interrogantes le servirán de guía para elaborar anticipa­ciones, inferen­cias e hi­pó­tesis posterio­res de la lectura.

La formulación de interro­gantes sirve para guiar el proceso de lectura, con­lleva a la realización de hipótesis, inferencias y an­ticipaciones. El lector bus­cará durante el proceso, comprobar lo que ha pen­sado previamente o reaco­modar la información para darle significado.

Para ilustrar la estrategia de anticipación, observa la siguiente oración:

“PIENSE ANTES DE HABLAR… NO DEJES QUE TE OCURRA LO QUE A MI VECINO”

Antes de iniciar la lectura del posible texto relacionado con esta oración, el lector puede imaginar sucesos, plantearse preguntas, proponer situaciones hipotéticas producto de su creatividad. Posteriormente, cuando lea irá comprobando si sus pensamientos e ideas iniciales eran acertadas o no.

RECUERDA: Puedes hacer anticipaciones

mientras vas leyendo; esto te permitirá reflexionar

sobre las ideas expresadas en el texto

LECTURA Nº 6: GENERALIZACIÓN

Material escrito con fines instruccionales por:

Hurtado, E. (2007). Generalización. Artículo no publicado. Tinaquillo, estado Cojedes.

Entre los procesos que garantizan la comprensión de la lectura, figura la generalización como mecanismo central que permite transferir los conocimientos adquiridos a partir del encuentro con un texto y su significado a otros contextos y otras situaciones similares.

Este proceso de transferibilidad de la información concuerda directamente con la naturaleza misma del pensamiento y constituye un complejo sistema en el que intervienen estilos de aprendizaje, esquemas de conocimiento así como los conocimientos previos del aprendiz-lector.

Generalizar, además de constituir un mecanismo de supervivencia en el contexto de la vida cotidiana de los seres humanos, permite la configuración de esquemas de pensamiento útiles para comprender la utilidad de modelos, para dar sentido a ejemplos propuestos y para buscar la significación de los contenidos de alguna lectura a la realidad o al contexto inmediato de quien lee.

En conclusión, la generalización es una estrategia de pensamiento perfectamente aplicable a la lectura, consiste en abstraer lo que es característico de muchos elementos, permitiendo que se pueda formar un concepto único que los incluya a todos. Este ejercicio se basa en el análisis y comparación, requiere de mucha atención, para que no se deje por fuera ninguna característica esencial de cada elemento.

Es preciso estar seguro de que se ha comprobado con exactitud lo que se manifiesta. Se recomienda emplear expresiones que no totalicen, como por ejemplo: por lo general, casi siempre, muchas veces, frecuentemente, para evitar afirmaciones carentes de fundamento.

La generalización es una estrategia de pensamiento perfectamente aplicable a la lectura.

En el siguiente cuadro, se resumen las acciones iniciales del lector cuando ya ha leído activamente un texto con intención de comprender su contenido y asumir una posición crítica. Observarás que la generalización, constituye una fase final en la que emergen planteamientos e ideas como resultado del proceso de lectura activa.

ACCIONES DEL LECTOR

¿CÓMO?

¿PARA QUÉ?

Producción

Determinadas las macro estructuras esenciales del texto y su organi­zación interna, el lector procederá a organizarlas en un resumen analítico en el que sintetice todo el proceso experimentado, puede realizar co­mentarios, ampliar conceptos esen­ciales, hacer críticas y contrastar puntos de vista.

Esta fase permite la internali­zación del contenido y la com­prensión del texto. Pueden ge­neralizar los nuevos conocimien­tos y transferirlos a otros contex­tos.

Consolidación

Los repasos se deben planificar en intervalos continuos. Es conve­niente realizar una relectura del texto y una revisión del resumen es­crito, porque generalmente se ob­vian fragmentos esenciales impor­tantes y se pueden insertar perfec­tamente en la fase de repaso.

El repaso, sirve para consolidar los conocimientos sistematizados durante el proceso y para reafir­mar el proceso de revisión que en toda escritura se debe cum­plir. Este proceso da solidez a la generalización.

Para ilustrar el proceso de generalización, puede proponerse el siguiente ejemplo:

Una vez un hábil comerciante, con la intención de incrementar sus ventas, publicó un volante que decía:

“Gané al comprar en la Tienda de José. Todo me salió gratis por su promoción aniversario y, además, gracias a un sorteo que realizan al salir de la tienda, pude ganar un carro "cero kilómetro”.

Esa semana, el comerciante vendió todo cuanto tenía, quizás por la significativa capacidad de generalizar de los clientes y vecinos. Parte de rumor, parte de proceso mental. Sea lo que fuere, su estrategia fue efectiva y eficaz.

RECUERDA: Puedes hacer generalizaciones durante la lectura o al culminar el texto; esto te permitirá aplicar los nuevos conocimientos a contextos y situaciones similares

LECTURA Nº 7: PARÁFRASIS

Material escrito con fines instruccionales por:

Hurtado, E. (2007). Paráfrasis. Artículo no publica­do. Tinaquillo, estado Cojedes.

La paráfrasis consiste en una explicación o en la interpretación de un texto con palabras propias para hacerlo más comprensible. Se puede dar el caso que se utilicen algunas ideas de un autor y agregar otras personales.

Esta herramienta la podemos emplear para resumir el contenido de una exposición o cuando las ideas de un autor no están muy claras, en este caso específico se utiliza la paráfrasis para elaborar una redacción propia de acuerdo a nuestro estilo particular de escritura.

El ejercicio de esta habilidad de lectura es bastante útil para fijar los conocimientos, hacer resúmenes, escribir ensayos, pero también puede darse el caso de que se pongan en tela de juicio sus apreciaciones, y puedan interpretarse como un plagio de las ideas de un autor.

Plagiar es copiar textualmente las ideas, puntos de vista, apreciaciones, expresiones de un autor, haciéndolas pasar por propias, sin reconocer su autoría. En consecuencia, estimado estudiante, te recomendamos que al parafrasear no alteres las ideas originales del texto que leíste o de una exposición a la que asististe, pues se podrían generar errores de interpretación y esto cambiaría por completo el sentido de lo que quieres expresar

Te recomendamos organizar un plan de acción a la hora de realizar una paráfrasis, por ejemplo: Lee varias veces el texto que desees parafrasear, escribe un esquema o borrador, comprueba que las expresiones utilizadas plasmen los puntos de vista del autor; manteniendo así el sentido del contenido original del texto y por último, comienza a escribir tu paráfrasis. Un ejemplo de paráfrasis es el siguiente:

Texto original

Texto parafraseado

Aquel ósculo dejó impávida a la joven mientas que su admirador quedó estu­pefacto. La utópica empresa de aquel adolescente se había consolidado: pudo llegar a rozar el rostro de su amada.

En el texto se plantea un encuentro en el que una joven queda serena, libre de pavor, ante un beso en el rostro que le da un tímido adolescente inocentemente enamora­do. También se refleja en el escrito la acti­tud del joven ante su hazaña.

Para consolidar las ideas expresadas en los contenidos de este escrito, te ofrecemos la siguiente actividad:

Lee detenidamente el siguiente texto, tantas veces sea necesario para su cabal comprensión y, luego, parafraséalo oral y redáctalo en forma escrita. Parafrasear es expresar con tus propias palabras el contenido del texto.

Aunque parezca una fantasía, las abejas tienen su propio lenguaje. Hay numerosos animales que poseen voz para expresarse, esta facultad les sirve para manifestar sus sensaciones. En las abejas esta cualidad, permite dar una serie de informes que son muy útiles a los miembros de su colmena.

La abeja, sale a buscar néctar y descubre un tesoro; se carga de néctar y polen, regresa en línea recta a su colmena. Apenas llega las que están encargadas de la recolección la rodean, mientras ella le comunica de su gran hallazgo. El mensaje es transmitido a través de una danza en redondo sobre un panal de la colmena, significa que deben salir de inmediato a buscar la gran cantidad de alimento. Las recolectoras emocionadas se acercan a la bailarina, la frotan con sus antenas para conocer el color de las flores que deben buscar y se dirigen emocionadas a la abundante recolección que realizarán para su comunidad de abejas.

RECUERDA: Por medio de la paráfrasis,

puedes apropiarte de nuevas ideas y nuevos conocimientos para expresarlos con tus propias palabras

domingo, 13 de abril de 2008

Seleccion de Lecturas 1-3


Este es el material para nuestro segundo encuentro. La bibliografia es Seleccion de Lecturas de la catedra Razonamiento Verbal, publicado por la UNEFA 2007.


INTRODUCCIÓN


Hoy día, desde los primeros niveles de la enseñanza, se dedica atención especial a impulsar la lectura y la escritura; se motiva al estudiante para que cultive el hábito de leer, sea capaz de producir textos propios e inventados, que lleven impresa la huella de sus sentimientos, afectos y valores.
En esta Selección de Lecturas te presentamos una gama de materiales impresos, destinados apoyarte en las actividades que desarrollarás en la Guía Didáctica; los mismos persiguen objetivos claros, sustentados en el desarrollo de tus competencias y capacidades para mejorar tu comprensión, desarrollar los contenidos y las actividades a ejecutar. También contribuirán a promover tu desarrollo personal y el de la comunidad, donde cada día participas.
Las lecturas que aquí encontrarás tienen diferentes particularidades, unas son de tipo técnico, informativo, didáctico, y otras de carácter recreativo y literario.
Esperamos que tu trabajo y el compartir con todos los recursos que tienes a tu disposición, te ayuden a convertirte en un lector independiente y estudiante de calidad.



UNIDAD 1
ESTRATEGIAS PARA LA COMPRENSIÓN DE TEXTOS ESCRITOS EN ESPAÑOL

LECTURA Nº 1: CONOCIMIENTOS PREVIOS
Tomado con fines instruccionales de:

El Estudiante Exitoso. (2000). “Los conocimientos previos”, pp. 179 y 183. Barcelona, España: Editorial Océano.


Al inicio de un nuevo aprendizaje, se hace siempre a partir de una serie de conceptos, concepciones, representaciones y conocimientos adquiridos en el transcurso de experiencias anteriores, que se utilizan como instrumentos de lectura e interpretación y determinan qué clase de informaciones se seleccionarán, cómo se organizarán y qué tipo de relaciones se podrán establecer entre ellas.
Gracias a lo que ya se sabe con anterioridad, se puede abordar la toma de contacto con el nuevo contenido, atribuyéndole un primer nivel de significado y sentido, antes de comenzar el proceso de aprendizaje del mismo.
Los conocimientos previos no sólo permiten contactar inicialmente con el nuevo contenido que debe aprenderse, sino que además constituyen los fundamentos de la construcción de los nuevos significados. Un aprendizaje es tanto más significativo –y, en consecuencia de mayor calidad– cuantas más relaciones con sentido se es capaz de establecer, entre lo que ya se conoce con anterioridad y los nuevos contenidos o conceptos que se presentan como objeto de aprendizaje.

ESQUEMAS DE CONOCIMIENTO

Es la representación que posee una persona en un momento determinado de su vida sobre una parcela de la realidad. Cada ser humano posee una cantidad variable de esquemas de conocimiento; no todas las personas a lo largo de su vida adquieren los mismos, todo depende del contexto de su experiencia vital. Estos esquemas, son asimilados para formar distintas representaciones sobre aspectos de la realidad; no sólo se caracterizan por la cantidad de conocimientos que contienen, sino también por el nivel de organización interna; es decir, por las relaciones que se establecen entre los conocimientos que se integran en un mismo esquema y el grado de coherencia interna.

CRITERIOS DE SELECCIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS PREVIOS

Cuando quieres adquirir un nuevo aprendizaje, lo primero que debes hacer es acudir a los conocimientos previos que tienes de ese nuevo contenido; para efectuar una selección de tus conocimientos, hay que centrarlos en dos criterios básicos:
§ Contenido del nuevo aprendizaje; por ejemplo, si pretendes conocer cuáles han sido los cambios en los medios de comunicación durante los últimos tiempos, sería bueno indagar sobre: ¿qué entiendes por medio de comunicación?, ¿qué tipos de medios de comunicación existen?, ¿cuál es tu experiencia personal?
§ Objetivos concretos que buscas con el contenido que vas aprender; continuando con el ejemplo anterior, puedes plantearte objetivos como: establecer una relación entre los cambios experimentados por los medios de comunicación en los últimos tiempos y los cambios tecnológicos; o limitarte a establecer cuáles han sido esos cambios desde una perspectiva externa.

Uno de los principales factores que influyen en el aprendizaje es lo que ya sabes con anterioridad








LECTURA Nº 3: EL PÁRRAFO COMO UNIDAD
DE PENSAMIENTO




Tomados con fines instruccionales de:

Manzano, J. y Medina, E. (2005). Habilidad y razonamiento verbal. 12 estrategias de acción docente. “El párrafo como unidad de pensamiento”, (pp. 100-101). Valencia, Venezuela: Publicaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Carabobo.


Los textos escritos están estructurados para transmitir las ideas de la persona que los ha redactado. Si se analiza uno de ellos observarás que está dividido en partes. Cada una de estas partes se denomina párrafos, comienzan con mayúscula y terminan con un punto y aparte. Su extensión debe ser equilibrada y adecuada para mostrar una imagen que invite a leer, es importante entender que debe ser ordenado correctamente para visualizar la coherencia del texto.
El párrafo es un elemento del texto que transmite una información. Se encuentra formado por un conjunto de oraciones referidas a un mismo tema. De acuerdo con el tipo de información que transmiten, se pueden encontrar en un texto los siguientes tipos de párrafo:
· Párrafos de inicio: Informan al lector sobre el tema del texto y la orientación que se dará al escrito.
· Párrafos de desarrollo: Contienen ampliaciones y explicaciones.
· Párrafos ilustrativos: Contienen ejemplos, datos estadísticos, relatos cotidianos, que confirman lo que se explica en los párrafos de desarrollo. Son complementos.
· Párrafos de finalización o de cierre: Integran lo más importante. Pueden contener recomendaciones o algún contenido relacionado con enseñanzas para los individuos que leen.
Al escribir un párrafo, debemos tomar en cuenta los aspectos formales de la escritura (margen, sangría, uso apropiado de las mayúsculas y los signos de puntuación). El párrafo contiene una idea principal, las ideas secundarias sirven de apoyo, por eso su función es clara: explicar, describir, ejemplificar, aclarar, demostrar, ampliar. Algunas veces, dentro del párrafo hay una oración en la que, sin ninguna dificultad, podemos reconocer la idea principal; sin embargo, en la mayoría de los párrafos la idea principal sólo puede deducirse tomando como base el contenido general del mismo. Observa el ejemplo que se te presenta a continuación:
El ser humano no vive solo, vive en comunidad, donde no debe haber dominio de un sector sobre otro. Por eso es preciso que comprenda que todas las personas de la sociedad han de tener el mismo derecho a ejercer su libertad y no sólo los más fuertes, los más ricos y los más inteligentes lo lograr.
Si reflexionas sobre la información que te ofrece cada párrafo del texto que lees, podrás comprenderlo y analizarlo de manera eficiente y eficaz